En la realidad actual, compleja y sobre-saturada de información, el visual thinking es una herramienta de pensamiento muy poderosa, aplicable tanto en situaciones individuales, como grupales y empresariales.
Al nacer aprendemos a reconocer el mundo que nos rodea y lo convertimos en imágenes mentales.
Aprendemos a dibujar antes que hablar, leer o escribir. Desde muy pequeños gestualizamos y trazamos formas con nuestros dedos para divertirnos, expresarnos y comunicarnos. Si preguntas en un jardín infantil quiénes saben dibujar, todos leventarán la mano, pues plasmar las ideas de forma visual es parte de nuestro proceso de desarrollo mental.
Luego, cuando aprendemos a leer, nos apoyamos en imágenes que facilitan la comprensión y memorización de las palabras. Nuestra mente desarrolla así dos canales de pensamiento (el visual y el verbal), que nos permiten avanzar por la vida.
Lástimosamente, a medida que nos hacemos mayores, el sistema educativo le da prelación a lo verbal y relega lo visual sólo para "los artistas". Estudiamos en la secundaria y en la universidad, centrados principalmente en libros de texto, conversaciones y discusiones, con muy poco espacio para la información visual.
Y ni que decir luego en lo laboral, donde la interacción se vuelve aún más verbal: leemos y escribimos emails y reportes, nos ahogamos en un mar de mensajes, asistimos a reuniones donde hablamos y oímos. Oímos y hablamos. Y tratamos de maniobrar a punta de palabras con conceptos cada vez más complejos que, si supiéramos cómo, serían más fáciles de comprender, transformar y transmitir con imágenes.
¿Por qué no usar ambas "ruedas" de nuestro cerebro, en lugar de depender parcialmente de una?
Se simplifica lo complejo
Hay conceptos abstractos que se comprenden y comunican mejor cuando se representan visualmente: relaciones entre actores, diferencias de escalas, posiciones relativas, jerarquías, flujos de procesos, líneas temporales, entre otros conceptos, al hacerlos visuales se hacen más simples y comprensibles.
Se capta más rápido y fácil
"Una imagen vale más que mil palabras". Sobre todo si la imagen fue pensada y diseñada con inteligencia visual. Como ejemplo, sólo basta analizar las señales de tránsito, capaces de decir tanto en tan poco tiempo y espacio. Habría muchos accidentes si en lugar de ver una señal, tuviéramos que leer un texto completo con su descripción.
Se aumentan la comprensión y retención
Piensa en la situación cuando debes explicar una dirección de un lugar. Hablas y hablas, y tu interlocutor no lo acaba de entender. Entonces tomas un lápiz y dibujas un mapita... ¡Voilá! Lo visual hizo su magia. Ahora tu interlocutor sabe cómo llegar.
Se recuerda mejor la información
Según algunos estudios, de lo escuchado sólo se recuerda un 35% al cabo de una semana. En cambio, de lo visto, se recuerda el 85% pasado un mes. Lo visual se queda grabado a fuego en nuestra memoria. Si quieres que algo sea memorable, hazlo visual.
La información se puede repasar más fácilmente
Sin mucho esfuerzo podemos volver una y otra vez a un mapa visual que contenga lo más relevante de algún tema. Con un simple vistazo repasamos los conceptos y sus relaciones. Lo opuesto de repasar notas de texto, donde habría que leerlo todo de nuevo para encontrar cualquier frase enterrada entre tantas líneas.
Lo visual es más fácil de compartir
¿Tienes un mapa visual de algún tema y quieres compartirlo? Tan sencillo como tomarle una foto con tu móvil y enviarla. Las imágenes son concisas y atractivas. Una representación visual puede viajar de un medio a otro fácilmente. Y todos aman "re-postear" una buen infografía, ¿no?
Se logra una mayor visión del conjunto
Con un mapa visual ves todo el bosque, no sólo el árbol. Tienes una visión de conjunto de todos los actores y conceptos, y las relaciones entre ellos. Para conocer bien un terreno, y moverte libremente en él, nada mejor que elaborar un buen mapa. Y todavía más si el mapa hace tangibles conceptos abstractos.
Se descubren relaciones no evidentes
Al plasmar las ideas en un papel o en un tablero, puedes ver cómo los conceptos se relacionan entre ellos. Muchas de esas relaciones no hubieran sido notadas al permanecen abstractas. En cambio, al dibujarlas se hacen tangibles, comprensibles y más comunicables. El pensamiento visual es sinónimo de conexión de ideas y creatividad.
Se alinean los conceptos al visualizarlos
Si le describes en sólo palabras una cosa a los demás, cada uno se hará su propia imagen mental; en muchos casos entenderán algo muy distinto a lo que tu tenías en mente. En cambio, si les muestras un dibujo, todos verán lo mismo. No hay mejor manera de alinearnos que teniendo imágenes compartidas.
Se favorecen la conversación, la reflexión y el consenso
El uso de herramientas visuales en las reuniones permite que los diferentes puntos de vista se hagan tangibles y comprensibles para todos. Así cada uno encuentra una realidad ampliada, más allá de sus propios límites conceptuales. Se encuentran los puntos en común y las diferencias, y se llega más fácilmente a los consensos fundamentales.
Se aprovechan el conocimiento y la experiencia de todos
El tablero o el papel se convierten en una extensión de la mente de cada pensador visual. En una reunión, al ver la representación de tus ideas y las de los demás, es más fácil explorar nuevos caminos. El soporte físico donde dibujamos se convierte en un cerebro colectivo. El pensamiento visual es sinónimo de Co-Creación.
Se tienen reuniones más productivas
Al involucrar herramientas de colaboración visual, olvídate de las reuniones monótonas, aburridas e inoperantes. No más Bla, Bla, Bla... Todos los participantes verán de lo que se está hablando; entenderán, pensarán y comunicarán mejor. Prepárate para participaciones más involucradas, cohesionadas, activas y creativas.
Entender
mejor
Pensar
mejor
Comunicar
mejor
